jueves, 27 de diciembre de 2012

2º Capítulo

Media hora después de colgar mi móvil le dejo posado encima de mi mesa donde descansan infinidad de apuntes y lápices desordenados, que "posiblemente" cuando termine de cenar los recoja, o muchos de ellos terminaré por tirar, ya que los llevaba acumulando desde hace semanas y empezarían a ser un gran estorbo para mi madre. Y... hablando del rey de Roma ¿quién si no iva a parar justamente a la puerta de mi habitación? Esto ya me estaba oliendo a chamusquina; recuerdo que la razón por la que mi madre entró ami cuarto por última vez ¡y sin permiso!, fue cuando yo tenía doce años y medio para darme una de esas charlas educativas madre e hija sobre la adolescencia, la edad del pavo, y cómo no, los chicos. La verdad es que ese temita se le podría aver ahorrado. Supe que ese día, por tarde o temprano que fuese, surgiria. ¿A qué clase de niña le gusta qie una madre tan pirada como la mía, te soltara ese rollo del... "no te fíes de los chicos, por muy guapos que sean las apariencias engañan, son todos iguales, todavía eres muy jóven, ya experimentarás algún día lo que tu madre hizo en su más tierna adolescencia, ¡porsupuestísimo, con cabeza y edad considerables! Por el momento, céntrate en los estudios y no permitas que nada ni nadie te desconcentre.
Quizá muchos chicos sean iguales, y no me refiero literalmente, si no por el hecho de que la inmensa mayoría de todos ellos, son unos memos, y sólo piensan en ellos mismos, y... bueno, lo que pretendía asimilar, es que mi Fabio no se compara con ninguno de esos niñatos. Partiendo de su pésima forma de peinarse, que en muchas ocasiones lo encuentro muy cómico porque de vez en cuando veía que iba sin afeitar y daba la impresión de que se había limitado a peinarse los rizos castaños con los dedos, si es que lo había hecho. De nuevo me sentía fascinada al contemplarle; de hecho, creo que pocas veces lo había visto sumamente arreglado como para un chico jóven y atractivo de su edad.

-Hola mamá, ¿querias algo en especial, te puedo ayudar en algo?
-Hummm... bueeeeno- Un bueno muy largo me pareció. Me pregunto que se traería entre manos esta vez.
-Vengo a robarte un poco de tu tiempo libre, ¿te importaría sentarte a hablar a solas con tu madre?
-¿De qué se trata?- Madre mía, como sea lo que me estoy imaginando... no, no y no. (Se avecima un a tormenta de mil demonios)
-Digamos que últimamente te hemos oímos hablar mucho de Fabio, y tu padre y yo hemos decidido tomar medidas. Es decir, que teníamos que tener en cuanta también nuestras propias opiniones, así estamos a la par, ¿te parece bien?
-Adelante, dispara- la aseguré muy convencida.
-Tu padre piensa que tú y tu novio lo habeis hecho- dijo con total fluidez y soltura.- Y aunque no fuese el caso, ruega que tomes todas las posibles precauciones.- me espetó y luego mostró una de esas sonrisas pícaras y amigables, que deseabas que algún día desapareciese por completo.
-¡¿Enserio?! ¡No me lo puedo creer! ¡Mamá, pero yo pensé que este asunto lo habíamos dado ya por zangado.- la grité molesta. No quería seguir oyendo más, así que me levante de la cama lo más rápido que pudieron mis piernas.
-¡Shhh! No grites, que tu padre nos va a oír y se va a pensar que estamos discutiendo, ya sabes cómo se le avinagra la sangre.
-Te escucho.- la aseguré
-Cariño, ambos queremos lo mejor para tí, y tu salud, al igual que a tu hermano, nos preocupamos... Y a parte, ya sabes cómo es tu padre; en cuanto se entera de en la vida de su niña hay más de un hombre que no sea él, vamos mal.- No he podido si quiera evitar imaginarme una de esas películas americanas en la cual el novio de la hija del padre, le asegura a su progenitor que la protegerá ante todo, pero luego el padre le ignora, con un "no" rotundo y empieza a apalearlo. ¿Qué pensará mi padre cuando Fabio pise su casa por primera vez?, posiblemente me espere lo mejor.- Y por esa misma razón me ha envíado en busca de cotilleos de tu vida amorosa.
-Si, supongo que lo entiendo, es normal que los padres se preocupen tanto por sus hijas... ¡Ni que le interesase también cuando me viene la regla!
-Miriam, cielito mío, dime sólo sí o no.- me preguntó desesperada
-No. No mamá, y sabes que si ocurriese te lo diría. Todo te lo cuento, ¿o acaso dudabas?
-Bueno, pero prométeme otra vez, que siempre nos lo contaremos todo, todito.- me insistió
-Pues claro mamá, y anda no seas tan pesada, que yo te quiero un montón...
-Aunque sé que en el fondo nunca me cuentas lo que realmente sabes que espero oír de tí.
-Pues... todo, todo no. Es más, todo el mundo tiene esos secretos que no quiere que nadie se los arrebate para que dejen de ser lo que esa persona a creído conveniente y por protegerlo.
-Muy bien, pues eso era todo, y ya sabes, ante todo la prevención.-Suspiré, ¿por qué clase de tonta me había me tomaba esa mujer? ¿es que no veía suficientemente claro que tiene una hija de diecisiete años casi dieciocho, que va a aprobar la selectividad, y que ya casi es una mujer adulta como ella?
-Marisa, por si te es de utilidad, en mi clase sólo somos dos de las 15 chicas que hay entoda la clase que todavía no han mantenido relaciones sexuales, las demás, todas toman ya la píldora.
-Eehh... si, perfecto, pues que la suerte las acompañe, y que las baya muy bien. Y te repito, jovencita, que la única que realmente me preocupa eres tú, ¡no las demás!- me gruñó a la cara con todo ese descaro de bruja.
-Adiooos, mamá...
-¡Miriam!- se me quedó enbobada
-Yo también te quieeeero.- la aseguré graciosa, tumbada en la cama mostrándola que ya no quería saber nada más de ella, ni de sus absurdas charlas educativas.
-Hasta luego... Voi a preparar la cena, y para que lo sépas, dejaré la puerta cerrada de la cocina, así que dile a Mario que en diez minutos os quiero quí abajo a los dos para preparar la mesa, que hoy hago pescado al horno. Ya sabes que esta noche tu padre y yo salimoos a dar una vuelta y recodar pasados instructivos y jeniales.- dijo soñadora; hasta noté que la brillaban los ojos color almendra, de emoción.- Ya le diré a tu hermano que mañana le quiero ver de vuelta a las cinco de la tarde como muy pronto aquí, que como está hoy de cumpleaños en casa de Jairo y se quedará a dormir, pues prefiero que venga pronto para que acabe los deberes que no le dio la gana de hacer hoy por su vangancia que tiene, de ahí los genes de su madre.- dijo con un tono de voz un poco triste y melancólica.
-¿Quieres decir que hoy me quedo sola?- la mostré mi mejor sonrisa de oreja a oreja.
-Sí.- dijo no muy convencida.
-Jenial, bueno, pues vete a hacer la cena, que luego no te da tiempo a arreglarte cuando papá ya está en la puerta con las llaves en la mano. Y, tranquila, en diez minutos llamo a Mario.- Mi madre me miró de reojo un poco extrañada, como antes en nuestra conversación. Quizá pensó: ¿quién a cambiado a esta hija mía? Un androide, puede ser. Afirmó para sí, luego abrió la boca para reponderme, pero parece que no la salieron las palabras de la boca, más tarde alfó un ceja con soslayo, miró la puerta, se giró y tan decidida como siempre bajó las escaleras hacia la cocina sin decir una palabra. Acto seguido me veía a mí misma parada ante la puerta pensando en qué nubes se abría quedado pinada mi madre y asus pensamientos; me moría de ganas por saber lo que tenía que decirme, pero está claro que no se lo preguntaría. Es una de sus manías, quedarse mirándote unos largos y aburridos instantes para luego, ni dignarse a hablarte.
-Vale, pueeees, yo me voi a...- De repente un "zum" me despertó de mi parálisis y me recordó que ese zumbido probenía de mi portátil; me había dejado abierto el messenger, de la emoción por hablar con mi madre. ¡Oh!

1º Capítulo


Querida Miriam:

Te escribo esta carta porque me la has pedido, ya que me ha quedado un ratito libre después de trabajar (que por cierto, ¡no veas que trajín!), y porque la del veinticuatro se perdió... bueno, se me perdió, ya sabes lo desastre que soy con todo, que si se me pierde, que si lo tenía pero no me acuerdo donde lo dejé... en fin, nadie es perfecto, y nadie mejor que tú sabe que si encuentro algo es como para darme un palmadita como a los críos en el hombro y decir: ¡Enhorabuena campeón...!
Lo que te quería decir era...
Yo lo único que sé es que tú me completas, que sin ti no soy feliz, que que tienes un corazón enorme, que no te cabe en el pecho, y que desde que te conozco mi vida es de color rosa-rojo, que siempre me sacas una sonrisa, y no sé que haría por ti y porque estuviésemos siempre juntos.
Tú eres única, porque solo tú te pones roja por cualquier cosa, y eso es algo que ambos sabemos, y también que sin eso no sería igual. ¡Mierda, estoy tan terriblemente enamorado de ti  que es como si hubieran volcado una lata de gasolina en mi interior y le hubieran prendido fuego!
Amor me puse a pensar si realmente trabajamos y luchamos por pulir nuestro pequeño Universo, o simplemente lo llenamos de basura y desperdicios o vivimos para entendernos o vivimos para desquiciarnos.
La relación entre dos personas es un trabajo diario, que aunque lento, se hace necesario. No hay cáncer más benigno que aquel que dejamos que nos invada, podemos luchar o dejarnos morir, esforzarnos o abandonar, ilusionarnos o hundirnos, caminar o parar. ¿Podemos amar a medias? ¿Podemos sonreír a escondidas? Poder se puede. ¿Pero es lo correcto y lo mejor? Seguramente será lo más fácil, pero nunca la elección correcta.
Este año y medio junto a ti significan experiencias nuevas, sentimientos nuevos, un florecer de miles y miles de sueños durmientes que querían ser descubiertos y observados. He vivido experiencias que no pueden pagarse con dinero, ni con el objeto mas preciado del mundo. Tenerte a mi lado me da seguridad y alegrías.

Pudiera haber pintado las cosas de otra manera, haber vuelto atrás para corregir cosas o al mismo tiempo haberlo perdido todo, no debemos arrepentirnos de aquello que hicimos en el pasado, porque son las memorias de nuestro paso por la Tierra, nuestros actos son nuestras verdades, aquellas cicatrices que nos hablan y nos muestran por lo que vivimos y morimos.

Como seres humanos, reímos y lloramos, odiamos y amamos, nada es seguro, ni siquiera el fin de los días. Intentarlo es bueno, necesario, todo es cuestión de un pensamiento. Creer en nosotros mismos nos alimenta de vida, es la recompensa de un espíritu sano y fuerte.

Amor la verdad de esta carta refleja un mezcla de preguntas sin respuesta, de ilusiones y temores. Un acercamiento al infinito, a la unión máxima de dos personas que se aman y se quieren.

No sabría decir si el amor es aquel que se compone de una Tierra llamada “pareja” y asteroides sin forma (dudas, mentiras) que rodean a esta en un inmenso vacío. Igual el amor perfecto sea una mezcla de hermosos y diferentes Planetas (confianza, amor, respeto) orbitando alrededor de la Tierra, sin molestarse, ni alegrarse, una Galaxia en perfecta armonía.

Quizá la perfección en el amor no exista o la mayoría de los seres humanos no hayamos creído en ella, aun así estoy seguro que muchos “locos o místicos” abran muerto buscando su origen, disfrutando de aquello que buscaban y sabiendo aprovechar las pocas luces de una búsqueda infinita y dura.

Sé que TE AMO, y confío en que terminarás bien la selectividad, así que estudia mucho y.. piensa en mí así se te harán más amenas tus tardes de estudio.- Cretino -Pensé, y sonreí para mis adentros.

PD: Espero verte pronto cielo mío, que sepas que trabajando me acuerdo de ti, y... cuando termines tus estudios puedes venirte a Cambridge, piensalo ¿vale?, y no te olvides de decírselo a tus padres cuando antes, para no cogerles por sorpresa como el año pasado...

Muchos besos y abrazos, de tu novio que te quiere más de lo que te puedas imaginar
Fabio.


Quise sonreír, hablar con él, decirle lo que sentía tras haber leído aquella carta tan bonita, pero sentí que se me había hecho un nudo en la garganta. Una lágrima tras otra repasaron mis mejillas, hasta caer a mi manos. No sé, pero de algún modo ese chico era una auténtica monada, o le ayudaron en hacer aquella carta "mi carta", o yo era una niña sentimental, muy sentimental...
Así que no me hice de rogar y cogí mi móvil de inmediato de encima de mi cama, marqué un contacto, -Fabio mi amor-, y sin pensármelo dos veces pinché en la tecla de llamar.
-¿Si?
-¡¡¡Fabioooo!!!
-Perdón, ¿quién es, no se tratará de una broma verdad?, porque como lo sea...-pero no le dejé terminar la frase.
-¿Hola?, mi amor, soy yo, Miriam, ¿enserio?, ¿una broma?, ¿se puede saber por qué no tienes mi número en tu lista de contactos?
-Ja, ja, ja. Sí que te tengo sólo es que me encanta hacerte rabiar, ja, ja, ja, no me puedo creer que te lo hayas tragado.
-Jum, menos mal que te conozco, ¡me acabas de dar un susto de muerte! por un instante pensé que ya te habías olvidado de mí aunque sólo fuese por el mes de distancia que llevamos desde que te fuiste a trabajar a Cambridge. De todos modos no me extrañaría nada, sabiendo lo espabilado que eres, para todo, no se me haría raro que te hubieses olvidado de mí también... como cuando se te perdió la carta de "nuestro veinticuatro", ¿o no amor?, por cierto, me ha encantado tu carta, es la mejor que me has escrito, hasta la he guardado ya que me la habías pasado como un mensaje instantáneo del messenger, para imprimirla. ¿No era más fácil mandarme la carta por un mensaje de hotmail, o aún mejor, una escrita a mano alzada?, estate seguro de que yo te la hubiese escrito de esta última manera...
-Veo que vienes ya con la recortada, ¿eeh?
-Pues claro, que te piensas, pero te llamaba para decirte lo mucho que me ha gustado tu carta, y que sí, estate seguro de que estudiaré mucho, y aprobaré la selectividad sólo para estar contigo, que ya dentro de unos meses hago dieciocho años y voi a dejar de preocuparme por mis principales estorbos, como mi madre, mi hermano pequeño...
-Cielo, escuchame. El veinticuatro de marzo voi a estar de vuelta y quiero saber si tus padres te dan el consentimiento de irte a vivir conmigo, porque ya eres mayor, y terminas ya los estudios.
-No te preocupes, esta misma noche se lo pregunto a mis padres mientras cenemos; se llevarán cierta impresión, pero... bueno, veré a ver que cara se le queda ami padre cuando se lo diga, ufff, que nervios, madre mía, no quiero ni saberlo.
-Muy bien mi amor, pues nada, te dejo que tengo mucho trabajo últimamente, y como no empiece no acabo, y se me acumula todo, así, llámame si quieres después de que cenes, así me dices que te han dicho tus padres y ya lo hablamos, ¿vale?
-Vale Fabio, cuídate cariño, y sueña conmigo...-ironicé
-Ten seguro que lo haré Miriam- sonrió
-Te quiero.
-Yo te quiero más.